Historias de universidá

Mi mamá y yo teníamos que ir a la oficina de ayuda financiera para entregar unos papeles que yo no había podido entregar el día anterior porque me había perdido en el campus (por tercera ocasión consecutiva). Le pedí que nos estacionáramos afuera de los departamentos donde voy a vivir para contar el tiempo que se hacía caminando hasta el campus; así fue como emprendimos nuestra aventura. Caminamos hasta la primera calle y cruzamos un puentecito por debajo de una avenida muy transitada. Me dio un poco de miedo que fuera a colapsarse y a aplastarnos como sucedió en Miniápolis. Gracias a Dios, llegué con vida al otro lado. Sin embargo, creo que de ahora en delante cada vez que lo tenga que cruzar me voy a sentir así, lo cual para mí es una desventaja ya que lo haré 5 días a la semana.

Al llegar al campus lo primero que vi fueron unos dormitorios y un comedor. Luego pasé por una banca junto a un lago y un árbol y pensé “Aww qué romántico!” Seguimos caminando y me topé con un edificio muy chido. Afuera había un letrerito que decía: Show de rayos láser con música de Pink Floyd hoy a las 10:00 pm. Luego, me di cuenta que era un planetario. Seguimos caminando y en vez de irme a la izquierda y luego dar vuelta a la derecha como era el camino correcto le dije a mi mamá que yo creía que llegaríamos hasta la oficina de ayuda financiera si nos íbamos a la derecha, caminábamos todo derecho y luego dábamos vuelta a la izquierda. Eso resultó en una gran perdida de aquellas, a pie, durante una hora. Lo bueno es que mi mamá se cansó tanto por la caminata, el sol y el hambre que no me reclamó mi falta de orientación. Mientras caminábamos en círculos, tratando de encontrar la dichosa oficina de ayuda financiera entre edificios que se ven todos igual, de repente ¡vi el UMC! El UMC es, bueno en realidad no sé que sea, solo que lo reconocí porque ya había estado allí en una ocasión anterior y sabía que adentro en el segundo piso había un Jamba Juice, un Subway y un Dominos. Entramos y allí comimos porque ya nos llevaba la chistosa de hambre. Lo grandioso del UMC es que ¡tenía un mapa! Nos dimos cuenta de que el lugar que buscábamos estaba del otro lado del campus, cerca de donde habíamos empezado. Finalmente guiándonos con lo que decía el mapa encontramos la oficina. Adentro había aire acondicionado gracias a Dios. Entregué el papel y al ir en camino hacía mi futuro departamento (14 días más!) volví a pasar por el planetario. Entré para preguntar sobre el show de rayos láser de ese día en la noche. Me dijeron que antes del show habría una platica de planetas extra solares, lo cual hizo que pensara que ese lugar es más chido de lo que ya creía. Husmeé poquito y alcancé a ver unas exposiciones y una esfera grandota que parecía la luna a escala. Mi expresión para ese momento solo se podría definir como :lilu:.

Pasamos debajo del puente de nuevo, esta vez con menos temor, ya que estaba pensando en las ampollas en los pies, el calor y el planetario. Me dije a mi misma “ Mi misma, que chido sería trabajar allí pero de seguro solo contratan a los que están estudiando astrofísica”. Me fui a mi casa y más noche me habló Disquenovio.

Continuará...

¿Qué mensaje harto misterio misterioso®* hay detrás del planetario?

¿ Por cuántas más perdidas pasaré antes de conocer el campus de memoria?

¿ Tuve sexo telefónico con Disquenovio?

Averígüelo en el siguiente episodio.

*Derechos reservados Chéri Arki 2007