Muchos de nosotros estamos sumergidos en una rutina. Ya sea trabajo, escuela, o diversión hacemos lo mismo día tras día: ir al trabajo o escuela, hacer quehaceres diarios, preocuparnos por algo en nuestro ámbito personal, salir para divertirnos, y empezar la rutina de nuevo. Claro que varía de persona a persona pero al final de cuentas todos regresamos a un techo donde podemos dormir, comer, y recrearnos. Un techo bajo donde hay agua y luz; y todo está a nuestro alcance, una vida común. Una vida que comúnmente es la que deseamos para nuestros futuros hijos. Es rara la vez en que nos pongamos a pensar en todo lo que está mal con el mundo. De hecho casi nada se ve mal, si de nuestra perspectiva todo se ve tranquilo. De vez en cuando oímos hablar que de el calentamiento global, y de la contaminación. Pero como estamos muy a gusto seguimos con la rutina diaria, porque a fin de cuentas ni el calentamiento global ni la contaminación han afectado nuestras vidas, son cosas que imaginamos pero nunca hemos experimentado en carne propia, pues vivimos en un mundo aún de privilegios. Pero se han puesto a pensar que no siempre será así? Que pasaría si un día cuando nuestros hijos sean adultos el mar se comiera más de la mitad de los continentes matando a millones de personas y dentro de los sobrevivientes “afortunados” estuvieran tu y tu familia? Viviríamos en un caos en donde nuestras comodidades se irían por la ventana y nuestra prioridad sería que vamos a comer mañana. No regresaríamos ya a una casa donde nos sentimos a salvo, viviríamos en la miseria, y peor aún sería el mundo el cual le heredamos nuestros hijos. Eventualmente, la humanidad dejaría de existir. Suena como ciencia ficción, pero para nuestra desventaja es una realidad. Cada día, nos acercamos más a ese caos. El hecho de que casi no se “oiga” es porque vivimos en un mundo donde el poder y la economía es lo más importante y lo demás cae en segundo plano: el mañana y el futuro de nuestro planeta. De que nos sirve avanzar tecnológicamente, si nos estamos atando la soga al cuello? De que serviría esa tecnología si en caso de un desastre ningún celular ni computadora ni carro nos va dar de comer. Los avances en tecnología no nos hacen avanzar como civilización si no creamos conciencia. El peor de los desastres está pronosticado a pasar dentro de los próximos 50 años. Hay que hacer algo por el planeta, y hay que hacerlo ya. Si queremos que nuestra civilización avance para bien, y dejar el mundo como un hogar seguro para nuestros hijos y sus familias no hay que pensarlo dos veces. Aprendamos a valorar el milagro de la vida y a amar y respetar a nuestro planeta como nuestro hogar, pues lo es. Después de todo es el único y más importante patrimonio que les podemos dejar a las futuras generaciones. Ayudar a retroceder el daño está en nuestras manos. Tu decides si prefieres seguir protegiéndote de la realidad y con tu rutina o hacer algo por la humanidad.
Cosas que podemos hacer:
-Desconectar todo aparato electrónico que no este siendo utilizado, ya que aún cuando están apagados gastan energía
-Cuando compremos o rentemos una casa usar energía solar
-Comprar un carro híbrido
-Caminar en vez de manejar a todos lados
-Apagar el agua mientras nos enjabonamos
-En época de calor usar muy moderadamente el aire acondicionado
-En invierno usar moderadamente la calefacción
-Plantar árboles
-Separar la basura y reciclar
-Usar focos de bajo consumo (de esos blancos casi flourecentes)
Para aprender más sobre el calentamiento global solo basta con “googlearlo.”
